sábado, 9 de junio de 2012

HABLANDO CON EL MAESTRO


Dime Maestro qué camino seguir, ando perdid@ y molest@ con esta forma de vivir, me repele la arrogancia con que se puede decir soy el amo del mundo y nada hare por ti, me duelen hasta las entrañas cuando escucho ese sentir, porque Maestro te digo, que no ignoro tu voluntad de servir, que nos dejaste un tesoro que todavía no se ha podido abrir, pues las llaves para hacerlo escondidas están en lo profundo de nuestros corazones y no las podemos coger, hasta que no seamos honestos y compartamos amor, pero sinceramente sin esperar recompensa, pues no la hay mayor que disfrutar del tesoro que nos legaste tu. Ay! Maestro, como me gustaría a mí ser como el viento para llegar al confín de esta amada Tierra y gritar al norte y al sur, al este y al oeste, que debemos compartir esperanzas amor y fe y que podremos cumplir lo que nos prometimos un día, cuando la Esencia Divina deseo comparación de sentimientos complejos que muchas veces son un horror, pero debemos ser fuertes y llevarlos con holgura, pues escogidos están por todas las criaturas que se prometieron llegar hasta el fin de la andadura, que en ese preciso instante comenzó para nosotr@s y gritar cantando aleluya por l@s valientes guerrer@s que trabajan en la Luz para llenar sus etapas de inconmensurable plenitud. Animo hermanos somos Uno y podemos conseguir la belleza de esta Tierra que nos hace sobrevivir, disfrutemos tod@s junt@s en completa armonía, del regalo que se nos hace día atrás día, cuando al despertar vemos el Sol en su salida y a la Luna en la noche, alumbrando las esquinas de las ciudades y pueblos, de los mares y las dunas, las montañas y los ríos, con la luz que le regala el Sol majestuoso y altivo y generoso a la vez con esa luna de plata, que amándola solo puede enviarle parte de su luz, para que ella reluzca e ilumine por partes la Tierra, invitando con su Luz a que los enamorados se amen con dulzura y fulgor. Hagamos lo propio hermanos enviemos nuestra Luz a donde sea más necesario y ayudemos a salvar esta manera de vida que tanto le queda por dar, igual que la Luna haremos, brillar, brillar y brillar por el reflejo Maestro de tu Divina Deidad, llevando cual mensajeros tu Amor, tu Luz y tu Paz. Que así sea. Inés.

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