Dime Maestro qué camino
seguir, ando perdid@ y molest@ con esta forma de vivir, me repele la arrogancia
con que se puede decir soy el amo del mundo y nada hare por ti, me duelen hasta
las entrañas cuando escucho ese sentir, porque Maestro te digo, que no ignoro
tu voluntad de servir, que nos dejaste un tesoro que todavía no se ha podido
abrir, pues las llaves para hacerlo escondidas están en lo profundo de nuestros
corazones y no las podemos coger, hasta que no seamos honestos y compartamos
amor, pero sinceramente sin esperar recompensa, pues no la hay mayor que
disfrutar del tesoro que nos legaste tu. Ay! Maestro, como me gustaría a mí ser
como el viento para llegar al confín de esta amada Tierra y gritar al norte y
al sur, al este y al oeste, que debemos compartir esperanzas amor y fe y que
podremos cumplir lo que nos prometimos un día, cuando la Esencia Divina deseo
comparación de sentimientos complejos que muchas veces son un horror, pero
debemos ser fuertes y llevarlos con holgura, pues escogidos están por todas las
criaturas que se prometieron llegar hasta el fin de la andadura, que en ese
preciso instante comenzó para nosotr@s y gritar cantando aleluya por l@s
valientes guerrer@s que trabajan en la Luz para llenar sus etapas de inconmensurable
plenitud. Animo hermanos somos Uno y podemos conseguir la belleza de esta
Tierra que nos hace sobrevivir, disfrutemos tod@s junt@s en completa armonía,
del regalo que se nos hace día atrás día, cuando al despertar vemos el Sol en
su salida y a la Luna en la noche, alumbrando las esquinas de las ciudades y
pueblos, de los mares y las dunas, las montañas y los ríos, con la luz que le
regala el Sol majestuoso y altivo y generoso a la vez con esa luna de plata,
que amándola solo puede enviarle parte de su luz, para que ella reluzca e
ilumine por partes la Tierra, invitando con su Luz a que los enamorados se amen
con dulzura y fulgor. Hagamos lo propio hermanos enviemos nuestra Luz a donde
sea más necesario y ayudemos a salvar esta manera de vida que tanto le queda
por dar, igual que la Luna haremos, brillar, brillar y brillar por el reflejo
Maestro de tu Divina Deidad, llevando cual mensajeros tu Amor, tu Luz y tu Paz.
Que así sea. Inés.
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