En la reina de los cielos
tu hijo te convirtió, ya que tu vientre engendro a Jesús el Nazareno, Cristo
propio hecho Amor, hecho hombre, pues encarno en ese hijo adorado que en la
Cruz fue clavado con congoja y dolor, pues tu corazón de madre no soportaba el
dolor que le infringían al hijo, al hijo del Creador, de ese Dios Padre
nuestro, que permitió que un cachito de Él estuviese en tu ti y por ello en
plegaria se te dice con Amor “Dios te salve María, llena eres de gracia, bendito
es el fruto de tu vientre, Jesús”.
Pero como una hermana más
en la Luz te comportas y nos envías Amor, plenitud y abundancia, todo ello para
que estas pequeñas chispas de Amor, se unan en armonía y sean a imagen y
semejanza de ese hijo tuyo, que tan gran huella ha dejado y caminos abiertos a
seguir.
Como madre te llamamos y
suplicamos ayuda, pero nunca se nos ocurre ofrecerte nuestro Amor sin
condiciones ni a cambio de petición alguna. Cuando se está encarnado en cuerpo
humano, nos movemos por conveniencias, así en cada momento suplicamos y
pedimos, pero si no se nos da, cambiamos de Deidad y olvidamos a la anterior.
Por ello pido perdón a todos los seres que estando en la Luz se bilocan para
estar a la vez con tod@s y en todo, como lo haces tú amada María, madre, hermana
y compañera en la Luz, que al igual que tu amado hijo Jesús siempre está a
nuestro lado, para sostenernos y ayudarnos a seguir adelante como lo que somos,
seres de Luz al igual que vosotros y que en nuestra trayectoria también hemos
dejado y dejaremos alguna que otra huella.
Gracias por dejarme estar
unida a ti en Amor y armonía, cuenta conmigo para lo que sea menester, siempre
estaré dispuesta a dar y regalar, amor y comprensión a quienes me lo demanden y
a los que no también.
Sé que quedamos bendecidos
por ti y tu hijo Jesús, es un regalo que no tiene parangón y el que agradezco
en nombre de mis iguales. Gracias María, bendita seas.
Sentimientos de Inés.
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