En estos días que tanto
movimiento hay a nivel planetario, con portales que se abren, con ciclos
lunares que acuñan un eclipse predicho de antaño, con profecías que llevan el
miedo en su ponencia, comencemos a hablar y contar de Luz, Paz y Amor, de fe,
de esperanza y de caridad para con nuestros iguales y voy a tocar un tema que
siempre me ha llamado la atención y que he intentado verlo de diferentes puntos.
Vamos a hablar del llamado efecto
mariposa, porque siempre se le adjudica caos y destrucción? Porque no puede ser
a la inversa que en su aleteo envíe ondas plenas de amor y Luz? Porque solo se
habla de mal y caos? Porque no se habla de la acción de que con el dulce aleteo
de una mariposa se puede hacer llegar hasta el infinito todo el sentimiento que
encierra nuestro corazón? Pues si tiene fuerza el aleteo de la mariposa para
desencadenar caos y conflictos, porque en su dualidad no puede ser todo lo
contrario y acariciar nuestros seres con su suave y sublime aleteo? Pensemos
con detenimiento, pues muchas de las veces los conceptos están un poco
obsoletos y no van más allá de lo que la ciencia dice. Y no es ciencia sanar a
una persona solamente con la imposición de las manos? Y no es ciencia hacer
llegar un sentimiento a miles de kilómetros y que llegue al instante de mente a
mente? Pero claro eso no es ciencia de la de los científicos certifican que es
ver y tocar para creer. De la ciencia que yo hablo es la de la fe, que es creer
para ver. Si el mundo que hoy día está regido por mandatarios que solo piensan
en llenar sus arcas y dejan los sentimientos a un lado, muy apartados de
ellos, cambiasen y pusiesen en marcha el
efecto mariposa, para llegar a tod@s y despejarles el miedo, el sufrimiento y
la miseria, no sería una bella forma de utilizar una fuerza tan potente que es
capaz de ejercer tal movimiento de un lado al otro del mundo? Pues aprendamos a
cambiar el rumbo de ese movimiento que mueve las alas de las mariposas con tal
potencial y enfoquémoslo para que sirva de bien para toda la humanidad. Que así
sea. Inés.
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