Bendito sea el Amor
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ra que se era una vez una
familia muy humilde la cual vivía toda junta en un pequeño chamizo. Los abuelos
ya mayores como es natural se sentían que eran un estorbo, pues no podían contribuir
a las tareas de la casa ni económicamente tampoco. Sus hij@s viendo este
malestar que conllevaban los abuelos en su ser intentaban animarlos y darles
todo el Amor del mundo, pero no surgía efecto y l@s niñ@s en sus juegos no
estaban al abasto del problema que afectaba a toda la familia. Un buen día
desde muy temprano se estuvo escuchando una rítmica voz que decía suavemente “Todo
se acabó, todo se acabó” Tod@s
extrañad@s se fueron levantando y se preguntaban mutuamente si eran ell@s
quienes decían aquellas palabras y si no era el caso si las escuchaban, tod@s
afirmaron que las escuchaban, pero que ninguno de ell@s eran quienes las proferían.
Fue pasando el día y a las cinco más o menos de la tarde, hora de merendar
encima de la mesa tod@s vieron cómo se posaba una bandeja repleta de fotografías,
eran fotografías muy antiguas unas y otras menos. Los habitantes del chamizo
quedaron muy sorprendid@s y se dispusieron a ver las fotografías tod@s junt@s en
unión, porque eso sí, pobres eran y mucho, pero el Amor y la Paz en unión surgía
a raudales de cualquier rincón. Comenzaron viendo las fotografías más antiguas
y se fueron reconociendo cada cual en las suyas, los abuelos se veían jóvenes y
con unas vestiduras más ricas que las que portaban ahora, luego fueron
apareciendo l@s hij@s y l@s niet@s y a la vez la pobreza, entonces el más
pequeño de la familia hizo una pregunta “Porque ahora somos tan pobres?” La abuela comenzó a sollozar, el abuelo
agacho la cabeza en acción de avergonzarse y l@s hij@s con los ojos como platos
preguntaban con su mirada también, entonces el abuelo les pidió que se sentasen
tod@s que tenía que decirles una cosa, se sentaron tod@s formando un circulo
alrededor del abuelo al que se le veía nervioso pero fuerte y comenzó la
explicación.
Cuando yo era un hombre joven
mi familia contaba con grandes riquezas, teníamos grandes fincas, casas,
caballos, granjas y todo lo que se puede comprar con dinero, pero faltaba lo
esencial, la unión entre nosotr@s, el cariño, ese Amor que todo lo inunda
nosotr@s no lo teníamos, por lo tanto no podíamos ser felices y cada uno tomo
su camino alejándonos l@s un@s de l@s otr@s, yo nunca he vuelto a saber de l@s míos
y seguro que ell@s tampoco de mí. Yo comencé una vida un poco falta de
disciplina y fundí todo el capital que me toco, comencé a jugar y quede en la más
oscura de las pobrezas, por aquel entonces la abuela y yo ya estábamos casados
y teníamos a nuestros tres hij@s, la abuela siempre ha sido el pilar donde se
apoyaba nuestra familia ya que ella ha sabido sacar de donde no había para
poder seguir adelante y criar a sus hij@s con todo el Amor del mundo, nunca os
ha faltado un plato caliente ni un abrazo pleno de ternura por su parte y por
la mía y ahora ya cansados de luchar nos encontramos que no podemos ayudaros en
nada, solo brindaros nuestro Amor Incondicional, entonces el cabeza de familia
que era su hijo mayor se puso en pie y dijo estas palabras “Cierto es que no
hemos disfrutado de riquezas materiales y cierto es también que no nos ha
faltado lo esencial, por lo que no os debéis sentir así, nos habéis regalado la
vida y la habéis adornado con lo más preciado que un ser humano pudiese gozar
el Amor limpio y puro de unos padres que sabiéndose pobres económicamente se sabían
ricos en sentimientos y esa enseñanza nunca la podremos olvidar ni nosotr@s ni
nuestr@s hij@s, así que solo diré unas palabras que encierran todo lo que
sentimos por vosotros “Os queremos gracias” Ahí se abrazaron tod@s en plenitud
de saber que tenían el tesoro mayor que un ser pueda disfrutar la unión en Amor
Incondicional.
Hagamos de nuestras familias
templos de Amor y junt@s nada ni nadie nos podrá nunca dañar, porque las
riquezas materiales se disipan, pero el Amor perdura por los tiempos Infinitos
de la Eternidad.
Hasta aquí esta sencilla
historia de las que habrá millones alrededor del Planeta Tierra y que pasan
desapercibidas porque no encuentran la caja de fotografías del ayer.
Bendito sea el nombre del
Padre que su Eterno Sentir por sus Hij@s nos susurra palabras que nos guían al
camino marcado para que lo caminemos con ahínco y fortaleza, ya que escogido
fue por tod@s nosotr@s en conclave.
Gracias Señor por enseñarnos
con cada suspiro lo que es el Plan Vida.
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