viernes, 24 de diciembre de 2010

PARA CONTAR CADA DÍA

Contemos una historia que paso hace mucho tiempo. Había una madre que teniendo a su hijo en brazos le conto y le dijo:
Hijo adorado serás, pues tú Ser irradia la Luz de la Esperanza, para los iguales a ti, de tus manos saldrá el sentimiento hecho caricia, de tú mirada la sensibilidad, para despertar los corazones al sentimiento del Amor y de tus labios las palabras hechas armonía, para que los más escuchen y sean acariciados por ellas.
Por eso hijo del alma te digo, bienvenido seas en el nombre del Padre, porque de Él fluye la vida y en ella lleva impreso el sentimiento de compartir, dar y regalar, todo lo que tú Divino Ser trae en plenitud de consciencia.
Sé que sabrás ser quien eres y que tú nombre será venerado en honor al Padre, por ello yo con todo mi Amor te digo:
Bendito seas, que tú camino este pleno de armónicas frecuencias y que tú Divino Ser, irradie la plenitud que necesita el mundo, para llegar a ser un conjunto de hermosas vibraciones, que abarquen a todo ser viviente y que el mismo Planeta este en conjunción con sus iguales. Que así sea por los tiempos Infinitos de la Eternidad. Amén.
Ojala que este canto a la vida sea esparcido por todo el Universo, abrazando cada partícula del Ser y que la bendición del Todo inunden los espacios del Infinito. Gracias por escuchar. Inés.

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