Contemos una historia que paso hace mucho tiempo. Había una
madre que teniendo a su hijo en brazos le conto y le dijo:
Hijo adorado serás, pues tú Ser irradia la Luz de la Esperanza,
para los iguales a ti, de tus manos saldrá el sentimiento hecho caricia, de tú
mirada la sensibilidad, para despertar los corazones al sentimiento del Amor y
de tus labios las palabras hechas armonía, para que los más escuchen y sean
acariciados por ellas.
También te digo hijo amadísimo que serás traicionado, repudiado
y llamado embaucador de masas.
Por eso hijo del alma te digo, bienvenido seas en el nombre del
Padre, porque de Él fluye la vida y en ella lleva impreso el sentimiento de
compartir, dar y regalar, todo lo que tú Divino Ser trae en plenitud de
consciencia.
Sé que sabrás ser quien eres y que tú nombre será venerado en
honor al Padre, por ello yo con todo mi Amor te digo:
Bendito seas, que tú camino este pleno de armónicas frecuencias
y que tú Divino Ser, irradie la plenitud que necesita el mundo, para llegar a
ser un conjunto de hermosas vibraciones, que abarquen a todo ser viviente y que
el mismo Planeta este en conjunción con sus iguales. Que así sea por los
tiempos Infinitos de la Eternidad. Amén.
Hoy día podemos repasar la historia con pesadumbre ya que esos
hermoso deseos y acciones no han tenido el fruto deseado y los tiempos han
acarreado desgracias cometidas por la imprudencencia de los hombres y mujeres
que no han, hemos sabido estar en nuestro sitio constantemente y nuestros
altos y bajos nos han llevado al momento
del ahora en este nuestro tiempo.
El mismo deseo que esa
madre transmitió a su hijo lo hago yo humildemente a vosotr@s mis iguales, para
que entre tod@s podamos transmutar lo no conveniente para el derecho a la vida a ese plan Vida que tanto conlleva y
del que tanto depende en futuro de la especie humana y su entorno, con todo lo
que eso conlleva.
Ojala que este canto a la vida sea esparcido por todo el
Universo, abrazando cada partícula del Ser y que la bendición del Todo inunden
los espacios del Infinito. Gracias por escuchar. Inés.