martes, 1 de noviembre de 2011

RECUERDO DE UNA VIDA EN LEMURIA


He tenido la gran suerte de regresar a varias de las vidas que he experimentado en diferentes cuerpos y en diferentes tiempos, en clara visualización he estado en el lugar y el momento oportuno, he sentido tactos, he olido aromas, he revivido conscientemente cada momento de mi tiempo lineal, en el ahora de la totalidad.

Esta vez y según me dejaron ver-recordar, forme parte de los míticos Atlantes. Fui habitante de la Atlántida.

No tengo demasiados datos, pero intentaré contaros con veracidad y lo más claramente lo que sé, no voy a añadir figuraciones equivocadas, solo lo que por derecho me corresponde.

Esta civilización en un principio, fue una hermosa, forma de vida, dulce y llena de bellos sentimientos. Todos los que formábamos parte de ella estábamos orgullosos y satisfechos por cómo se desarrollaba la vida que planeamos para nuestra etapa en ese maravilloso lugar. La abundancia, era la regla en todos los ámbitos de esa forma de existencia, pero todo fue cambiando, todo lo bello y hermoso, de esa forma de vida, se tornó oscuro, se empezaron a  experimentar sentimientos, negativos e inimaginables, hasta ese momento para nosotros. Así, poco a poco, se fue generando una separación del núcleo central, Lemuria se convirtió en el lado, donde se mantenían todos los valores, traídos en el sentir de nuestros Seres, los Lemurianos, nos comprometimos a llevar a cabo el gran plan, el Divino plan, que entre Todos proyectamos y nos comprometimos a llevarlo a cabo y así lo hemos y estamos haciendo, siempre comprometidos con nuestro compromiso de aprendizaje.

Yo como comandante en jefe Ahjit Sheron, ejercí mi encomienda y junto a mis centurias, nos quedamos para intentar salvar las máximas vidas, puesto que Lemuria se hundía en las aguas del Océano. No pudimos hacer lo que pretendíamos y perecimos nosotros también, junto a nuestros congéneres.

Así fue como en la separación se generó el fin de la Atlántida, dando paso a leyendas y demás, las cuales han llegado hasta este momento de existencia. Fue el comenzar del aprendizaje, en sentimientos y aptitudes, pues con la perfección que existía, no se podían comparar con otros sentimientos, ya que no se conocían.

Se hicieron varias ramificaciones, y ahí empezaron las pruebas, la involución, para que cada uno de nosotros, pudiésemos escoger, las pruebas que queríamos pasar, a lo largo de nuestro tiempo, como Seres encarnados, para aprender sentimientos y aptitudes, así empezamos nuestro aprendizaje, y al comenzar este aprender fuimos embruteciendo nuestro Ser Sutil y Puro, para a la vez, comenzar con la evolución.

Al experimentar y aprender ese o esos sentimientos, comenzamos nuestra andadura, para  así volver a la Pureza a la que pertenecemos, ya que por ser, quienes Somos pertenecemos a la Luz mas Pura que pueda existir, que es el Amor Universal, al Núcleo Central al Todo.

Al ser nuestro Ser puro, con los diferentes aprendizajes que hacemos, vamos colgando en la mochila de nuestra consciencia, imperfecciones, al cargar estas imperfecciones, hacemos una involución, entonces es cuando debemos empezar a pulirnos, con las actuaciones en el aprendizaje, que hacemos con cada expresión de vida, y así, llegar otra vez a la plenitud total, pues al ser parte del Amor Universal, provenimos de lo más Hermoso y Puro, y con cada experiencia de vida, marcamos nuestro Ser por eso volvemos, una y otra vez para pulir, evolucionar, y así volver a ser nuestro Yo Superior Puro e Inmortal, el Ángel Dorado, que somos todos.

Hay hermanos que tardan más que otros, pues es muy difícil para ellos, dejar o pulir, hábitos adquiridos con cada expresión de vida, y al volver a encarnar en otro cuerpo, y aun haciendo una vida totalmente diferente a la anterior, siguen teniendo querencia de algunas aptitudes que han sido placenteras para ellos, o por el contrario, están marcados por diferentes episodios duros, que quedan impresos en su Ser y que les cuesta mucho dejar atrás. Es por esto, que todos debemos aportar nuestro granito de arena, no importa lo pequeño o grande que sea, lo que cuenta, es la intención, de querer ayudar a los demás, pues a la vez nos ayudamos a nosotros mismos.

Con el Amor de todos lo conseguiremos, ya que como Seres Maravillosos que somos debemos volver a la Pureza que nos corresponde y a la que pertenecemos, todos y cada uno de nosotros, pues en estado Espiritual no hay color ni condición, todos somos igual de Amados, por el Amor Universal por ese Todo al que llamamos Padre.

Solo cuando estamos encarnados, en cuerpos humanos, hacemos distinciones, creyéndonos superiores a los demás seres, que comparten vivencias con nosotros, y eso es lo que nos lleva, a conflictos personales, y a veces mundiales, solo el orgullo, de que somos los mejores, la prepotencia de creernos únicos, y lo somos, pero no por creérnoslo, sino porque lo somos, para compartir experiencias con los demás, que a su vez también son únicos, al igual que nosotros mismos, y cuando volvemos al estado Espiritual, vemos claro de que se trata, ya que ahí si se siente, Amor por todos y cada uno de nuestros compañeros de viaje.

Espero, que todos y cada uno de nosotros aprendamos bien, las lecciones, que en su momento, escogimos, para aprender, y llenar nuestros Seres de sapiencia, ya que de eso se trata, de ser tan sabios, que no necesitemos, juzgar a nadie, solamente sintamos Amor por todos y cada uno de nuestros congéneres.

Que así sea, por el bien de toda la humanidad, y de cada uno de los Seres, que deciden experimentar nuevas opciones de vida, para Enriquecer, sus vivencias, y así aportar a su Saber, esas etapas de comparación de Sentimientos y Aptitudes.  

Recuerdo de una vida en Lemuria.

Escrito contando lo sentido en una regresión consciente de Inés.

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